El
AMOR
PRESENTADO A:
Ing.
Diego Ramos
TECNOLOGO EN SISTEMAS
367342
SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE
SENA
MONTERILLA (CALDONO-CAUCA)
MOUSE Y TECLADO
PRESENTADO POR:
Danny
Alexandra Hernández
PRESENTADO A:
Ing.
Diego Ramos
TECNOLOGO EN SISTEMAS
367342
SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE
SENA
MONTERILLA (CALDONO-CAUCA)
Tabla de
Contenido
TABLA DE ILUSTRACIONES
Ilustración A
El amor es un concepto
universal relativo a la afinidad
entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y
puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico).
Habitualmente, y fundamentalmente en Occidente, se
interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el
apego, y
resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que
representa toda la bondad, compasión y afecto del ser
humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia
otros y basadas en la compasión,[1] o
bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el
afecto.[1]
En español, la
palabra amor (del latín, amor, -ōris) abarca una gran cantidad
de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor
romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar
y el amor platónico,
y hasta la profunda unidad o devoción del
amor religioso. En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado de la mente o
del alma,
identificada en algunas religiones con Dios
mismo y con la fuerza que mantiene unido el universo.
Las emociones asociadas al amor pueden ser
extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. El amor
en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones
interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los
temas más frecuentes en las artes creativas (música, cine, literatura).
Desde el punto de vista de la ciencia, lo
que conocemos como amor parece ser un estado evolucionado del primitivo
instinto de supervivencia, que mantenía a los seres
humanos unidos y heroicos ante
las amenazas y facilitaba la continuación de la especie mediante la reproducción.[4]
La diversidad de usos y significados y la
complejidad de los sentimientos que abarca hacen que el amor sea especialmente
difícil de definir de un modo consistente, aunque, básicamente, el amor es
interpretado de dos formas: bajo una concepción altruista,
basada en la compasión y la colaboración, y bajo otra egoísta, basada en el interés
individual y la rivalidad. El egoísmo suele estar relacionado con el cuerpo y
el mundo material; el altruismo, con el alma y el mundo espiritual. Ambos son,
según la ciencia actual, expresiones de procesos cerebrales que
la evolución proporcionó al ser humano; la idea del alma, o de algo parecido al
alma, probablemente apareció hace entre un millón y varios cientos de miles de
años.[5]
A menudo, sucede que individuos, grupos
humanos o empresas disfrazan su comportamiento egoísta de altruismo; es lo que
conocemos como hipocresía, y encontramos numerosos ejemplos de dicho
comportamiento en la publicidad. Recíprocamente, también puede ocurrir que,
en un ambiente egoísta, un comportamiento altruista se disfrace de egoísmo: Oskar
Schindler proporcionó un buen ejemplo.
1.1El nacimiento del amor
Al
enamorarnos ocurren una serie de cambios bioquímicos y psicológicos en nuestro
organismo. ¿Qué es lo que establece el denominado "flechazo"?, porque
todos sabemos que existe como un sonar, un radar que envía y recibe algún tipo
de señales que permite el intercambio entre dos personas aún antes de hablarse.
En algunos casos, en el momento en que dos personas se conocen, se despierta un interés mutuo y se desata de súbito un mecanismo de seducción. Hay sugestiones, lenguaje corporal, miradas y otras conductas que pasan por cambios en la piel (sonrojo), alteración del pulso, en los olores del cuerpo y cambios de actitudes en la forma de ser de cada uno. Conductas y procesos que son, tanto
animales, biológicos, químicos y psicológicos, como procesos humanos
En algunos casos, en el momento en que dos personas se conocen, se despierta un interés mutuo y se desata de súbito un mecanismo de seducción. Hay sugestiones, lenguaje corporal, miradas y otras conductas que pasan por cambios en la piel (sonrojo), alteración del pulso, en los olores del cuerpo y cambios de actitudes en la forma de ser de cada uno. Conductas y procesos que son, tanto
animales, biológicos, químicos y psicológicos, como procesos humanos
1.2La química del amor
¿Será
verdad aquello de que lo nuestro es pura química...? Pues, las investigaciones
de los psicólogos evolucionistas americanos, apuntan en esa dirección.
El amor, en sus estelares momentos iniciales, se manifiesta como una atracción que reúne una serie de características que tienen que ver con la bioquímica del organismo. Una sustancia en nuestro cerebro denominada feniletilamina obliga la secreción de la dopamina o la norepinefrina, que por sus efectos se parecen a las "anfetaminas", las cuales producen un estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja.
El amor, en sus estelares momentos iniciales, se manifiesta como una atracción que reúne una serie de características que tienen que ver con la bioquímica del organismo. Una sustancia en nuestro cerebro denominada feniletilamina obliga la secreción de la dopamina o la norepinefrina, que por sus efectos se parecen a las "anfetaminas", las cuales producen un estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja.
En
esta etapa inicial del amor, actúan decodificadores genéticos que marcarían las
fases iniciales descritas. El imperativo genético de la ley de conservación de
las especies, obliga a los animales machos a procurar sembrar su semilla en el
mayor número de hembras que pueda. Por su parte, la hembra tratará de tener
cachorros en igual proporción. De acuerdo a los psicólogos genetistas, en el
ser humano -aunque sociabilizados- esta ley también actúa. Por esta razón, se
dispararían las sustancias químicas cerebrales que generan la atracción y el
deseo de estar juntos. Significa entonces, que el amor surge como una necesidad
de conservación de la especie humana. El fin último que se perseguiría de la
atracción sexual, sería el de procrear.
Por otra parte, también explicaría la tendencia a la infidelidad. En estudios acerca de ésta en los EE.UU., se descubrió que las mujeres americanas tienden a ser más infieles durante el período de ovulación, a pesar de estar conscientes de que ese es el período de mayor riesgo para salir en estado. Por lo que se supone que el imperativo biológico juega un papel importante en el deseo sexual de los seres humanos.
2.1 Después de la pasión
La
segunda fase del amor, comenzaría precisamente cuando se cumplen los objetivos
genéticos de tener los hijos y de asegurar su sobrevivencia inicial.
En esta etapa cambian los patrones bioquímicos cerebrales. En lugar de "anfetaminas" el cerebro segrega ahora drogas "narcóticas": Las endorfinas y las encefalinas que le dan a las personas gran seguridad, calma y paz espiritual.
Estas drogas -"narcóticas" por supuesto- bajan la pasión. Circunstancia que explica además, la primera crisis, que se produce a los tres o cuatro años de estar juntos la pareja.
En esta etapa cambian los patrones bioquímicos cerebrales. En lugar de "anfetaminas" el cerebro segrega ahora drogas "narcóticas": Las endorfinas y las encefalinas que le dan a las personas gran seguridad, calma y paz espiritual.
Estas drogas -"narcóticas" por supuesto- bajan la pasión. Circunstancia que explica además, la primera crisis, que se produce a los tres o cuatro años de estar juntos la pareja.
La
explicación inicial para los defensores del amor bioquímico, es que las
"anfetaminas" naturales ya no producen el efecto de euforia -léase
pasión- del amor. Para ellos, el amor es un mecanismo evolutivo para mejorar
los genes y lograr la supervivencia de los más aptos y capaces. Cuando ya se ha
logrado el objetivo de procrear o se ha fallado en el intento, la pasión baja.
A los tres o cuatro años de vida en común de las parejas, sólo existen dos posibilidades: Que hayan tenido hijos o no. En el caso de no nacer los hijos, habría una contradicción entre lo deseado socialmente y lo mandado genéticamente. De no haber hijos, el cerebro inhibiría las sustancias que promueven las primeras fases del amor con su pareja "fallida" y tendería a desarrollarlas en presencia de terceras personas, fomentando así la infidelidad o la separación de la pareja.
A los tres o cuatro años de vida en común de las parejas, sólo existen dos posibilidades: Que hayan tenido hijos o no. En el caso de no nacer los hijos, habría una contradicción entre lo deseado socialmente y lo mandado genéticamente. De no haber hijos, el cerebro inhibiría las sustancias que promueven las primeras fases del amor con su pareja "fallida" y tendería a desarrollarlas en presencia de terceras personas, fomentando así la infidelidad o la separación de la pareja.
Por
el lado contrario, si se han tenido hijos, la crisis se generaría -en
concordancia a esta teoría evolucionista- porque el hombre tiene el mandato
genético de lograr el mayor número de hijos posibles y muy probablemente ambos
decidieron, después de dos o tres hijos, no buscar más.
Este es un momento muy importante que tiene que reconocer la pareja, porque entendiéndolo se puede evitar que muera el amor.
3. ¿Se muere el amor?
Luego de la fase del enamoramiento frenético,
hasta cierto punto irracional, se pasa a un amor más seguro y racional, en el
cual no necesariamente se pierde lo pasional sino que se modifica.
El haber vivido junto unos años
desarrolla la intimidad, que es el fundamento de toda relación afectiva. Es el
lenguaje de la confianza en el otro.
En la intimidad, se impone el pensamiento, el amor humano sobre el genético. Implica un trabajo a ejecutar. Tenemos que contarle al otro quiénes somos y para ello debemos darnos cuenta primero qué nos pasa, qué sentimos, qué nos pone tristes o alegres. Hay que aprender a mostrarnos para que nuestra pareja también lo haga, tanto en el aspecto físico como en el de comportamiento.
Buscar amistad, sinceridad, integridad, calidez, simpatía, valor, ternura, inteligencia, intereses comunes y compañerismo, es fundamental para desarrollar la intimidad.
Es como si la intimidad junto al amor
desplazaran a la intensidad del deseo sexual y erótico. En este momento, se
corre el riesgo de que la rutina se instale y se pierda la capacidad de
seducción al otro. Por ello es indispensable, además del uso de prendas íntimas
sugestivas y el mantenerse atractivos, seguir siendo pareja, salir juntos los
dos. Es necesario preservar espacios de tiempo y físicos para la privacidad.
Hay que conservar la capacidad de sorprender al otro desde cualquier punto de
vista, bien sea excitándolo, divirtiéndolo, alegrándolo, emocionándolo y
siempre con originalidad. Abrirnos desde dentro hacia afuera, porque es el
momento de la intimidad. De esta manera es probable que la pasión continúe
hacia el futuro. Más no olvidemos que la vida cambia. Mantener todo como en el
principio es una ilusión. Debemos comprenderlo y entender que el amor pasa por
sus fases y que nuestro compromiso de verdadero amor con nuestra pareja, supone
hacer todo lo posible para mantener -además del sentimiento afectivo- el objeto
de deseo sexual y erótico. Al fin y al cabo, es la persona que escogimos para
vivir.
Los hindúes plantean que nunca habrá en una vida el tiempo necesario para conocer íntimamente a su pareja. Siempre se podrá innovar y descubrir secretos, si hay la voluntad y el amor al ser querido.
EL AMOR[1]
El código genético del amor[2]
¿Se muere el amor?[3]
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